La azulita

La azulita, se pone a cuatro patas, y gime cual gata en celo, mientras que su amante la machaca por detrás. El juguete vibra entre las nalgas de ela, quien está toda empapada con sus calientes dedos. Se acomoda sobre la cama, donde le come el coño a lo bestia, mientras que su amante le da unos cuantos polazos, sin descanso, bien rico. Ela parece no cansarse nunca de recibir rabo, y deja que sea él quien le dé duro a lo bestia Beleza folada a lo bestia, la señora.